Este proyecto es hijo de una nueva necesidad, surgida de la nada, con la pandemia de Covid-19. Los hogares de muchas personas se han convertido, a la fuerza, en espacios de trabajo, y el debate ahora es si esta práctica del teletrabajo, o del trabajo desde casa, ha venido para quedarse.
Ahora es el momento de liberar espacio y repensarlo para que se adapte de verdad a lo que necesitamos. Lo bueno es que para hacerlo no se necesitan grandes inversiones. Muchas veces podemos aprovechar elementos que ya existen, dando nuevos usos a aquello que utilizábamos menos o solo de manera ocasional.
Eso es, precisamente, lo que hizo una de nuestras últimas clientas, profesora con un hijo adolescente. Necesitaba una zona tranquila y ordenada para poder trabajar desde casa y, al mismo tiempo, un espacio para que su hijo de 15 años pudiese estudiar, hacer videollamadas con sus amigos y pasar el rato.
Antes del proyecto, ella se había reservado una parte de la mesa del comedor, y había improvisado una zona de estar en el descanso de las escaleras para su hijo. La “solución de urgencia” no era cómoda, ni ergonómica, así que le propusimos destinar una habitación infrautilizada de la casa para espacio polivalente.
Se necesitaban una serie de elementos (mesa, estanterías, archivadores, etc.) que parecían no caber en aquel espacio, realmente reducido — solamente 15m2. Finalmente optamos por un diseño simplificado en L con el objetivo de aprovechar el armario ropero empotrado como archivador y biblioteca; integrarle un escritorio corrido para dos personas y dejar espacio libre para un sofá cama que permitiese usos ocasionales como dormitorio o como zona de ocio para su hijo.
Con el rediseño conseguimos recuperar e integrar lo que ya existía (abaratando la inversión), emplear solo elementos polivalentes (reduciendo el tiempo de ejecución de la obra), y crear un espacio único con decoración sencilla, funcional y atemporal. Pero, sobre todo, centrar la inversión en lo que realmente importaba: conseguir una solución ergonómica que mejora el conjunto de la vivienda y la hace más habitable y cómoda.
Existen muchos modos de acometer un proyecto de este tipo. En mi caso, me guío por los principios del interiorismo responsable: rentabilidad, sostenibilidad y diseño genuino. Un diseño que va al grano, acorta tiempos y costes y consigue resultados.