Luciana y Juliano, dueños de este restaurante japonés, querían arreglar el frente de su cocina, que daba un pasillo de acceso al comedor y los baños.

El local del Kyoto, sin embargo, había heredado la estructura de otro negocio de restauración anterior, y necesitaba una reforma que unificara los diferentes espacios, tanto estética como funcionalmente. Finalmente, el proyecto se extendió por medio local, aunque se ejecutó por partes. Así, actuamos primero en la fachada y el frente, incluyendo la zona de la barra y el pasillo —con el frente de la cocina— y más tarde en el comedor principal, al fondo.

Para el diseño tomamos en cuenta ciertos materiales precedentes y evitamos cambios estructurales que encarecerían el proyecto. Una revisión de los elementos decorativos permitió unificar todo el lugar, reinterpretando los interiores tradicionales japoneses mediante lamas de madera que se repiten y organizan de manera diferente según su función.

La iluminación de las barras también fue mejorada de forma consistente, con unos plafones claros con el mismo tratamiento estético de la celosía japonesa. El objetivo era dar suficiente luz a las áreas de trabajo, especialmente a la barra de sushi, sin alterar la iluminación más tenue del resto del local. El conjunto se combinó con muebles de estantería simples que no interfieren con la luz.

La marca gráfica también se revisó en la fachada, con un cartel retroiluminado integrado en la rejilla de lamas de madera que también se repiten en el interior a modo de patrón.

El resultado es un espacio compacto, que también utiliza la pintura monocromática para dar una mayor unidad tanto por dentro como por fuera, y que aprovecha todos los elementos posibles para conseguir un ambiente de sutiles y a la vez atemporales referencias japonesas.